el asombro primigenio como un retoño de la virtud intelectual

Resumen

Este trabajo de investigación sostiene que el concepto de asombro primigenio en la FpN, propuesto por Thomas E. Jackson, puede considerarse un retoño de virtud intelectual. Mi interpretación de este concepto se inspira en la visión de Mengzi sobre el cultivo moral y en el planteamiento eudaimonista de Aristóteles sobre la ética de la virtud. Según Mengzi, todos los seres humanos poseen cuatro retoños innatos de virtud, y el objetivo de la educación moral es cultivar estos retoños morales para que puedan crecer hasta convertirse en virtudes plenamente maduras. En términos de FpN, Jackson sostiene que todos nacemos ya con un sentimiento especial de asombro al que se refiere como “asombro primigenio”. Sintetizando su afirmación con la metáfora agrícola de los retoños morales de Mengzi, daré un paso más argumentando que el sentimiento innato de asombro dentro de cada niño puede ser visto como un retoño de virtud. Además, una vez que el asombro primigenio de los niños se ha transformado en virtud mediante la aplicación de la FpN en el aula, este admirable rasgo de carácter, sugiero, debería entenderse como una virtud intelectual según la ética aristotélica de la virtud. Esto se debe a que la virtud del asombro puede promover el florecimiento intelectual de los niños, que está plenamente respaldado por las afirmaciones de Aristóteles de que el tipo de vida más feliz es ser filósofo y que la filosofía comienza en el asombro. En resumen, si el asombro primigenio como retoño de virtud intelectual puede conducir al mayor bien para los seres humanos, entonces uno de los principales objetivos educativos de hacer filosofía con niños, sugiero, es convertir su asombro primigenio en un hábito virtuoso para que puedan vivir una vida examinada.