Sexualidad, Salud y Sociedad

REVISTA LATINOAMERICANA

ISSN 1984-6487 / n.6 - dec. 2010 - pp.127-134 / Hiller, R. / www.sexualidadsaludysociedad.org


DE LA DEHESA, Rafael. 2010. Queering the public sphere in Mexico and Brazil. Sexual Rights Movements in emerging democracies. Durham NC: Duke University Press.



Renata Hiller

Doctoranda en Ciencias Sociales

Grupo de Estudios sobre Sexualidades (GES)

Instituto Gino Germani / Universidad de Buenos Aires (UBA)

Buenos Aires, Argentina


> renataiah@gmail.com



Brasil sostiene desde el 2004 un plan integral e interministerial para combatir la homofobia ("Brasil sem Homofobia") del que participan activamente organizaciones LGBT (Lésbicas, Gays, Bisexuales y Trans). En Colombia, el Plan "Medellín Solidaria y Competitiva” contempla la creación de espacios de articulación entre el Estado y los movimientos sociales como el LGBT. Entre el 2008 y el 2009, Ecuador y Bolivia reconocieron a nivel constitucional la no discriminación por orientación sexual. La Ciudad de México sancionó, en diciembre de 2009, una nueva ley de matrimonio, ampliando este instituto a las parejas gay-lésbicas. En julio del 2010, Argentina se convirtió en el primer país de Latinoamérica y el décimo en el mundo en reconocer el status matrimonial a estas parejas. A la Ley de Identidad de Género, sancionada en Uruguay en el 2009, se suman distintos proyectos en diferentes latitudes del subcontinente, en pos de reconocer legalmente las identidades trans. Un fantasma recorre, ya no Europa sino América Latina. Los logros legislativos y la creciente articulación entre el activismo de la diversidad sexual y las agencias estatales presentan un escenario novedoso. En términos políticos y académicos, las preguntas ya no son las mismas.

El libro de Rafael de la Dehesa llega en este momento preciso para "deconstruir las circunstancias que permitieron ciertos hechos", contextualizando algunos de estos acontecimientos en una trayectoria histórica más extensa, y en unas circunstancias político-sociales más amplias que las que suelen ponerse de relieve en los estudios sobre políticas LGBT. Frente a la mirada complaciente (y exotizante), que podrá leer estos cambios en términos de "avances" en un recorrido teleológico trazado de antemano por la agenda internacional LGBT, De la Dehesa hace estallar el relato de la modernidad postulando apropiaciones locales heterogéneas, "reinvenciones híbridas" de aquellos procesos globales.

Tomando bajo análisis los casos de Brasil y México, el texto interroga las mutaciones de la esfera pública en lo que refiere a demandas y políticas vinculadas a la diversidad sexual. Se considera cómo, a partir de la década del ´60, el activismo LGBT desafió las relaciones de poder establecidas y trazó vínculos con otros movimientos, inscribiéndose en procesos de democratización más amplios. "¿Cuán abiertas han sido estas democracias emergentes a la representación política LGBT, y por qué?" "¿Cómo la emergencia y trayectorias de estos movimientos reflejan un proceso a la vez transnacional?" "¿Qué límites señalan estos procesos respecto de un proyecto liberal basado en la reforma de normas legales?" (:2. Traducción mía) Estas son algunas de las preguntas que se desarrollan en el libro.

Para responderlas y captar los procesos de transformación de la esfera pública a partir del accionar del activismo LGBT, De la Dehesa emprendió un largo proceso de investigación de nueve años. Entre 1999 y 2008, con estadías prolongadas e intercaladas entre México y Brasil, fue generando un cuerpo de datos que, más allá de sus ricos análisis, servirá como "archivo de época": con más de cien entrevistas en cada país, el autor acudió a un amplio abanico de actores para reconstruir sus perspectivas sobre aquel espacio público en transfomación: activistas LGBT, militantes de partidos políticos, oficiales estatales, feministas, activistas del campo del vih/SIDA, de los derechos humanos, periodistas y opositores a iniciativas vinculadas a la sexualidad y el género. Dicha reconstrucción se complementó con un intenso trabajo de archivo, recuperando publicaciones como el Lampião da Esquina, el Boletim do Grupo Gay da Bahia y la publicación lésbico-feminista Chanacomchana, en Brasil; y los boletines del grupo Lambda o El machete, en México. Este rastreo documental también da cuenta de un proceso llevado adelante en estos países en pos de la recuperación y preservación de materiales vinculados a la historia del movimiento LGBT. En particular, vale mencionar el archivo Edgar Leuenroth de la UNICAMP, del cual De la Dehesa saca buen provecho.

Organizado en tres partes (Frames/marcos; Doorways/puertas de entrada; y Pathways/trayectorias), el texto presenta, en primer lugar, un panorama histórico de ambos países en torno la construcción de la homosexualidad, del estigma sexual y de su inscripción en la esfera pública. Ello permitirá situar las discusiones posteriores y cuestionar la supuesta novedad radical del activismo LGBT latinoamericano como un "producto de importación" estadounidense. Por el contrario, resulta preciso atender a los modos en que la subjetividad homosexual fue construida y contestada en estas latitudes, e indicar los modos particulares de articulación entre las esferas pública y privada. Ello permitirá, en capítulos subsiguientes del libro, reconocer tanto continuidades como rupturas en las trayectorias activistas y en los límites o fronteras de aquella esfera pública.

Se desarrollan, a continuación, los primeros contactos del activismo con la arena política formal a partir del establecimiento de vínculos con partidos de izquierda en la década del ´70. La noción de campo, en un sentido bourdiano, será central para comprender tanto las mutaciones al interior del espacio LGBT como en esos partidos, que atravesarían entonces la reformulación de sus programas, extendiéndose más allá del clivaje de clase. Distintos arreglos institucionales (sistema de partidos y sistema electoral) servirán para explicar las diferentes modalidades que estas articulaciones adquirieron en cada uno de los países analizados. Varias tensiones del período son puestas de relieve, como la discusión al interior del activismo entre establecer compromisos o mantener la autonomía ante los partidos políticos; o el valor asignado a las reformas legales. Las estrategias discursivas tampoco serán las mismas en uno y otro país: mientras el activismo mexicano procurará inscribirse en la esfera pública a través de su visibilización y articulación con otros sectores de la sociedad, en el caso brasilero los activistas se acercarán a la arena electoral, definiéndose como grupo de interés y apelando a la noción de "derecho de las minorías" difundida en el contexto de abertura (democrática).

Posteriormente se analizan en el texto las trayectorias de los activismos LGBT brasilero y mexicano en su articulación con el Estado, relevando estrategias, discursos, alianzas y constreñimientos en cada caso. La no discriminación por orientación sexual y la demanda de reconocimiento de las parejas gay-lésbicas son las iniciativas consideradas para el análisis. En un recorrido que avanza desde la década del ochenta del s. xx hasta llegar a nuestros días, el texto da cuenta incluso de aquellos momentos (tan difíciles de captar en el análisis político) que marcan la conversión de una demanda social en un issue político. Los fracasos y las dificultades también informan sobre los caminos tomados: en Brasil, los obstáculos a nivel federal encontrarán alternativas en los niveles estaduales y municipales. En México, la rigidez de la hegemonía del PRI llevará a una política de redes con la izquierda partidaria y con actores diversos. Particularmente el movimiento feminista posibilitará sortear algunas de las barreras que el estigma impondrá al activismo LGBT en la arena legislativa.

Finalmente, a partir del caso del programa "Brasil sem Homofobia", se analiza la "alternativa tecnocrática", esto es: la articulación del activismo LGBT con agencias estatales como otra vía de ingreso a la esfera pública. La atención ante la epidemia del vih/SIDA será la "puerta de entrada" del activismo en el terreno de las burocracias estatales. Como en los capítulos previos, se reconoce un doble esfuerzo en el análisis: comprender la dinámica, mutaciones y condiciones que permitieron esta estrategia; y a la vez, reconocer sus efectos y posibles limitaciones. En este sentido, el autor analiza las tensiones que dicha alternativa tecnocrática conlleva: si por una parte se consideran sus efectos en términos de expansión del activismo y de "reberveración" en la sociedad; por la otra, el texto advierte –simultáneamente– sobre los límites de una "ciudadanía biomédica" y su imbricación con las tecnologías de gobierno, en términos foucaultianos. También en este capítulo, como en los anteriores, el autor discute aseveraciones propuestas en la literatura sobre movimientos sociales. En este caso, se indica cómo el activismo, a la vez que constreñido y crecientemente racionalizado por la lógica tecnocrática, también pudo desafiarla, ensanchar los límites de la subjetivación propuestos e impugnar los términos de la exclusión, haciendo del campo de la administración estatal un terreno de politización.

Se trata de un trabajo centrado en el Estado, en la búsqueda por comprender los procesos de articulación del activismo LGBT con la arena estatal. La pregunta es doble: ¿cómo fue esto posible? Y a la vez, ¿cuáles son sus significados, efectos, tensiones? Las dos preguntas son importantes y necesarias en este contexto de transformaciones y cambios legislativos en América Latina. De la Dehesa reconoce cierto espacio de vacancia en la literatura local respecto de estudios que focalicen sobre la representación política institucional, y la vinculación entre las demandas y movimientos LGBT con la esfera pública. Un trabajo más vasto en el campo de la antropología, interesado en prácticas, identidades y estrategias de la vida cotidiana, puede ser complementado con aquellos centrados en los procesos políticos institucionales. La vinculación entre estos dos campos (vida cotidiana-política institucional) está lejos de ser unívoca, por lo que es necesario explorar también sus imbricaciones, trasvasamientos y contradicciones.

La mirada sobre el Estado que propone De la Dehesa es compleja. En primer término, la noción de esfera pública permite pensar la incorporación a la política institucional en términos más amplios que los de los mecanismos de representación formal. Así, mientras en los primeros capítulos avanza sobre las relaciones de los movimientos LGBT, la política partidaria y los órganos representativos, en los restantes indagará en aquella otra modalidad de ingreso, a través de la articulación con agencias estatales. El Estado se presenta como un terreno heterogéneo y permeable, no porque carezca de fronteras, sino porque las mismas son móviles y desafiables. La "puerta de ingreso" al Estado puede ser una ventana. O, en términos más clásicos, la toma del poder estatal se realiza hoy (y en este caso el accionar LGBT es apenas un ejemplo entre otros) a través de modalidades diversas.

En segundo término, la conceptualización del Estado también es compleja a la hora de pensar en los efectos y resultantes de las políticas públicas. El texto pretende atender a los modos específicos de relación entre lo público y lo privado, entre las instituciones y la cultura, y entre la ley y la norma en América Latina. Para ello, se sirve de los análisis más fecundos de la teoría y la sociología políticas latinoamericanas que, a partir de preocupaciones diferentes, se han hecho interrogantes similares. La distinción e imbricación entre a casa/a rua de DaMatta, o las "zonas marrones" de O´Donnell, son convocadas para el análisis.

A la vez que se reconoce la existencia de instituciones informales que complementan, compiten e incluso debilitan las instituciones formales, el análisis avanza en la dirección contraria, subrayando la dimensión simbólica del accionar estatal, su potencia legitimizante y, por qué no, normalizadora. Ello permite pensar de manera relacional cómo las construcciones sociales de género y sexualidad se intersectan con la arena estatal, y viceversa. Desde esta perspectiva, los esfuerzos legislativos pueden ser considerados como estrategias de política cultural que apuestan a cambiar "desde la cima" (de las elites políticas) ciertos sentidos sociales estigmatizantes. De ese modo, la ley tendría un efecto de "reverberación social", más allá de sus alcances específicos. Simultáneamente, los límites de esa estrategia legislativa también son señalados: mientras los activistas lograron entrar en dicha arena, este éxito en muchos sentidos estuvo predeterminado por un lenguaje que limitaba lo que podía ser demandado, y circunscrito por aquella penetración diferencial del Estado en distintos sectores sociales.

Profesor asistente de sociología en la Universidad de Nueva York, Rafael de la Dehesa realizó su investigación sobre las trayectorias de participación en la esfera pública del activismo LGBT en México y Brasil. Nos damos cuenta de su provenir "foráneo" cuando reconocemos los antagonistas con los cuales polemiza. Paradójicamente, De la Dehesa puede discutirlos simultáneamente, a partir de sus presupuestos comunes. Por una parte, todo el texto puede ser leído como una disputa contra una teoría política (¿centralmente estadounidense?) que explicará las transformaciones de las políticas LGBT latinoamericanas a partir de su mayor o menor cercanía con las estrategias y discursos globales. Por la otra, también se discute con aquella otra teoría más crítica (y también posiblemente anclada en universidades norteamericanas) que entiende el discurso de los derechos humanos y la ciudadanía como una imposición colonial del proyecto de la modernidad. El punto crítico que De la Dehesa reconoce y aborda es el imaginario (presente tanto en la academia como en la sociedad en general) en torno a la vinculación entre diversidad sexual, "extranjería" y modernidad.

La izquierda puede decirse "renovada" por la incorporación de demadas LGBT; se aprueban legislaciones antidiscriminatorias, porque es lo que los "países modernos hacen"; e incluso el activismo apela a las experiencias de otras latitudes para reforzar sus estrategias locales., En vez de tomar estos argumentos como punto de partida, De la Dehesa los somete a crítica y escrutinio. El trabajo comparativo permite, a través de las diferencias, hablar sobre cómo los términos de la modernidad liberal se desarrollan a uno y otro lado de las fronteras respondiendo a imperativos y condicionamientos locales. Así, se consignan los contrastes entre México y Brasil, pero también se relevan heterogeneidades al interior de las fronteras, y en la propia arena global, considerada como un terreno en el que diversos actores (Estados, Organizaciones no Gubernamentales) participan como productores de repertorios transnacionales. Al final del camino, las propias nociones de "foráneo" y "local" son sacudidas. Los veranos mexicanos de la infancia, las lecturas brasileras de juventud y la inmersión de pesquisa hacen del propio De la Dehesa, también, una "reinvención híbrida".

Algunas observaciones críticas pueden señalarse: en primer término, el capítulo de inicio (On sexual subjects and public spheres/ Sobre sujetos sexuales y esferas públicas) no tiene la densidad analítica ni la rigurosidad en el relevamiento de los capítulos subsiguientes. Funciona, sí, como una puesta en contexto que puede ayudar al lector más desprevenido, pero la extensión histórica (remontándose hasta la Colonia) y amplitud de sus objetivos (explorar la construcción "difusamente organizada" de las subjetividades homosexuales y localizar esas construcciones sobre la división público-privado) invitarían a una investigación específica.

En segundo término, el texto se propone un trabajo comparativo entre Brasil y México, aunque ambos casos no sean igualmente tratados. Hay un peso diferencial sobre el caso brasilero, que lleva incluso a explicar el mexicano en función del primero. Nos preguntamos si México no podría ser presentado como un caso contrastivo, para hacer justicia al estudio profundo, aunque desigual, entre ambos países. Asimismo, en esta asimetría se intuyen en México mayores dificultades para acceder a documentos y menos literatura local sobre el tema. Estas diferencias, en vez de solaparse, podrían haber sido indicadas, por cuanto resultan informativas de los casos en estudio.

En tercer término, lamentamos que el proyecto de penalización de la homofobia en Brasil no sea puesto bajo análisis. Comprendemos, por una parte, el recorte (necesario) propuesto por el autor, y a la vez entendemos esta propuesta como una iniciativa controvertida (¿cómo un movimiento de liberación –sexual– acaba reclamando mayor accionar represivo por parte del Estado?) que podría decir bastante acerca de los vínculos entre ley y norma, y sobre los efectos simbólicos de otras iniciativas que sí son puestas bajo estudio. Dicho en otros términos, ¿de qué resulta indicativo que en Brasil, aun con el amplio espectro de legislaciones estaduales y municipales, y habida cuenta de la articulación con agencias estatales, el activismo LGBT tenga como una de sus principales banderas el castigo penal de actos homofóbicos? Esperamos futuros trabajos que, siguiendo la estela marcada por De la Dehesa, retomen estos interrogantes.

Tratándose de un libro que aborda los procesos de inclusión del activismo LGBT en la arena política institucional en contextos de transición democrática, dos posibles relatos teleológicos son conjurados. Por una parte, aquel que indicaría un punto de arribo de las políticas LGBT marcado por algunos casos europeos o por la agenda LGBT global. Por la otra, ese texto tantas veces revisado –pero todavía operativo– que piensa los procesos de democratización latinoamericanos como casos más o menos fallidos de adecuación a las reglas institucionales de la democracia formal y, más generalmente, como parte de una narrativa de progreso asociada a la modernidad liberal. Este "doble campo de batalla" permite a De la Dehesa sacar herramientas de uno para también aplicarlas al otro. Arjun Appadurai funciona como una guía, de comienzo a fin: para comprender las expresiones locales de prácticas simbólicas transnacionales, es necesario considerar su genealogía e historia. Esa es la tarea a la que se aboca De la Dehesa, navegando (la metáfora de la navegación se reitera en el texto) por la historia y la genealogía del activismo LGBT, buscando comprender por qué se tomaron ciertos caminos y no otros, qué consecuencias insospechadas trajeron algunos de esos recorridos y qué tensiones conllevan ciertas prácticas.

Posiblemente, América Latina esté encaminada en un proceso de democratización. Los cambios referidos al inicio de estas páginas y el análisis de De la Dehesa son indicativos de ello. Sin embargo, tal como el autor resalta, la queerización del espacio público referido en el texto no alude solamente a los esfuerzos y logros del activismo por incorporar cuestiones de género y sexualidad al debate político formal. Se trata fundamentalmente de cuestionar las narrativas dominantes asociadas a este proyecto. La queerización del espacio público se vuelve entonces una propuesta abierta a repensar los términos del debate, a consignar las cuentas pendientes del proyecto de la modernidad y a visibilizar las exclusiones constitutivas que este espacio público reconfigura en sus procesos de mutación.